En contacto con Carbono News, el miembro del directorio del CONICET, Miguel Ángel Laborde y la científica del ITHES, Norma Elvira Amadeo, explicaron la importancia del desarrollo económico sustentable impulsando un plan nacional de hidrógeno verde.
Hablar de calentamiento global es hablar de combustibles fósiles y los científicos de todo el mundo coinciden en la solución: descarbonizar para reducir emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) en la atmósfera y evitar el aumento de la temperatura del planeta. El carbón, el petróleo y el gas se usan fundamentalmente para generar energía, algo esencial para la vida moderna. Por eso, es necesario iniciar una transición hacia las energías renovables.
En este camino, el hidrógeno verde se posiciona como un gran aliado: es sustentable y está presente aproximadamente en el 75% del mundo. Aunque no se encuentra solo, sino que está combinado con otros elementos, como con el oxígeno, formando moléculas de agua, la tecnología actual permite obtenerlo de forma limpia.
Hay tres tipos de hidrógeno: el gris, el azul y el verde. El primero se consigue a partir de combustibles fósiles, por lo tanto, es el más contaminante. El segundo también utiliza este método, pero le añade tecnologías de captura de carbono para evitar las emisiones. Y, el último, también llamado hidrógeno renovable, se obtiene ya sea por electrólisis del agua o a partir de la biomasa, por procesos que utilizan fuentes renovables y no emiten CO2.
El hidrógeno sirve para dar energía tanto para fuentes estacionarias (viviendas) como móviles (vehículos).
El hidrógeno sirve para dar energía tanto para fuentes estacionarias (viviendas) como móviles (vehículos) (Commons Wikimedia)
Actualmente, muchos países en Europa y Asia se están recuperando económicamente de la pandemia con planes que incluyen el hidrógeno y Japón es el líder en la materia. En el caso de Argentina, hacia fines de 2020 el Gobierno retomó la propuesta de fomentar este recurso junto con el Instituto de Tecnologías del Hidrógeno y Energías Sostenibles (ITHES) del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) e YPF.
Las reuniones para redactar el Plan Nacional del Hidrógeno se están llevando a cabo y se está preparando, además, una renovación de la ley de hidrógeno, ya que la actual 26.123, fue promulgada en 2006, pero nunca fue reglamentada por la Secretaría de Energía y nunca se aplicó.
Los expertos en hidrógeno verde del CONICET, el el ex vicepresidente a cargo de la presidencia del CONICET entre septiembre y diciembre de 2019 y actualmente miembro del directorio de esta entidad en representación de las Ciencias Agrarias y de Ingeniería, Miguel Ángel Laborde, y la directora interina de la Unidad Ejecutora del ITHES (UBA-CONICET) y docente, Norma Elvira Amadeo, contaron a Carbono News cómo podría desarrollarse el enorme potencial en energías renovables e hidrógeno que tiene la Argentina.
Miguel Ángel Laborde es ex vicepresidente a cargo de la presidencia del CONICET entre septiembre y diciembre de 2019 y actualmente miembro del directorio de esta entidad en representación de las Ciencias Agrarias y de Ingeniería (Conicet)
– ¿Por qué es importante pasarse a las energías renovables y al hidrógeno en particular?
– Laborde: Son importantes las energías renovables no solo por una cuestión de que se van a acabar los combustibles fósiles, sino que hay que cuidar la casa donde vive la humanidad, es decir, el hábitat y la salud de las personas. La contaminación de las grandes ciudades es producto de las emisiones de los motores de combustibles. Esta es la causa fundamental de por qué tenemos que ir a las energías renovables. Otra es obviamente la concentración de dióxido de carbono en la atmósfera por la cual hay que descarbonizar. Esto va en contra de intereses de la industria del petróleo, pero hay que promover el uso de vehículos que no utilicen el motor de combustión interna y hay dos: los vehículos eléctricos que funcionan para los que son relativamente livianos y con baja autonomía, y el de hidrógeno que, combinado con una pila de combustible, una especie de batería, sirve para vehículos pesados y de gran autonomía. Hacia ahí va el mundo. Debería ir, además.
«Hay que promover el uso de vehículos que no utilicen el motor de combustión interna» (Commons Wikimedia)
– ¿Por qué nunca se implementó la ley de hidrógeno?
– Laborde: En 2006, por iniciativa de unos diputados patagónicos y el doctor Juan Carlos Bolcich, se promulgó la ley y se dio a la Secretaría de Energía la autoridad de aplicación para reglamentarla. Evidentemente había funcionarios que en esa época no estaban convencidos de la importancia del hidrógeno y recién en el 2013 otro funcionario, Manuel Herrero Rosas, tomó el tema y convocó a un conjunto de expertos (Laborde incluido) para redactar el Plan Nacional que llevó un año. Fue elevado a la Secretaría de Energía, pero tampoco hizo nada y ahora son otros diputados patagónicos los que están nuevamente impulsando la renovación de la ley de hidrógeno. Las autoridades recién ahora, afortunadamente, están reaccionando para utilizar el hidrógeno como vector de energía. De hecho, hubo una reunión en Cancillería y Gustavo Béliz, secretario de Asuntos Estratégicos de la Presidencia, está impulsando su aplicación.
– Amadeo: Además (por esos años) se descubrió Vaca Muerta y ahí había bastante hidrógeno y gas.
«Estamos con ventajas competitivas en el resto de Sudamérica»(YPF)
– ¿Por qué la Argentina es un país competitivo en materia de hidrógeno?
– Laborde: El hidrógeno como motor energético es relativamente nuevo, pero el hidrógeno en sí es muy usado en la industria desde hace 60 años, por ejemplo, para producir amoníaco para producir fertilizantes y la industria usa el método que requiere de gas natural como materia prima (hidrógeno negro). Por eso, el país tiene dos ventajas: una amplia experiencia de la industria para el manejo de hidrógeno y una alta experiencia de manejo de gases comprimidos a alta presión. El hidrógeno como combustible vehicular se almacena a presiones muy altas, el doble que el GNC porque es muy poco denso. Estamos con ventajas competitivas en el resto de Sudamérica.
Hay muchos países latinos interesados en esto, Chile es uno de los más, Uruguay quiere exportar, Brasil tiene el hidrógeno de la biomasa, y Colombia recién empezó, lo cual es una desventaja por no haber tenido gas natural como base energética y necesitan pasos previos para usarlo como nosotros. La industria automotriz como Toyota está avanzando en este sentido.
«El proyecto financia viajes de investigación, cursos y maestrías, entre otros. Se presentaron cinco propuestas y ganó la nuestra. Fuimos los únicos argentinos porque nos presentamos todos juntos con grupos de otros países», sostuvo Amadeo
– ¿Cuáles son los beneficios del premio RED HIDRÓGENO del CYTED que la Argentina acaba de ganar?
– Laborde: En Iberoamérica (los países de América de habla hispana y portugués, España y Portugal) hay un organismo que se llama Programa Iberoamericano de Ciencia y Tecnología para el Desarrollo (CYTED) y tiene un programa científico de colaboración sobre esta materia. Básicamente participan universidades, centros de investigación y empresas. Es una red de cooperación solidaria donde los más grandes ayudan a los más chicos, y de intercambio de conocimiento.
-Amadeo: El proyecto financia viajes de investigación, cursos y maestrías, entre otros. Se presentaron cinco propuestas y ganó la nuestra. Fuimos los únicos argentinos porque nos presentamos todos juntos con grupos de otros países.
– Con el hidrógeno en marcha, ¿se eliminaría Vaca Muerta?
– Laborde: Hay intereses económicos, políticos. La Argentina sigue dependiendo fuertemente del gas natural y del petróleo de Vaca Muerta, pero tenemos que tener en claro que a lo mejor se pueden usar para otras cosas como producir productos químicos de mayor valor agregado y permitir que los autos eléctricos comiencen a ser una realidad en la Argentina, así como en muchas partes de Sudamérica ya hay ómnibus eléctricos y a hidrógeno en las ciudades y acá eso no lo tenemos para nada. Sí se fomentaron en el gobierno anterior los parques eólicos, pero no se hizo absolutamente nada con respecto al transporte vehicular.
«El hidrogeno como motor energético es relativamente nuevo, pero el hidrógeno en sí es muy usado en la industria desde hace 60 años» (Airbus)
– ¿El hidrógeno que producirá el país se usará acá o será para exportar?
– Laborde: A mí la idea de exportar hidrógeno como investigador y como profesor universitario no es algo que me agrade, pero si además de exportar hidrógeno se lo utiliza acá en el país y la exportación es como una fuerza impulsadora para que se desarrolle acá la economía del hidrógeno, bienvenido sea. Sino exportar hidrógeno es como exportar lana y comprar pulóveres más o menos. Pero se entiende que probablemente al principio sea una fuerza impulsora de ese tipo.
YPF, que tiene en asociación para el CONICET la empresa de tecnología Y-TEC, ha formado un consorcio de empresas para trabajar el hidrógeno y eso es muy importante.
– ¿La energía con hidrógeno va a ser más cara?
– Laborde: Seguramente los precios van a ser más altos porque la tecnología es relativamente nueva en comparación con las de origen fósil ya amortizadas hace muchísimos años, pero ya hay estudios que muestran que, si se sigue trabajando en su desarrollo, los precios van a ir disminuyendo. Las proyecciones dicen que de acá a 15 o 20 años con estos avances esas tendencias se invertirán y serán más baratos.
En esta etapa se necesitan decisiones políticas a nivel gubernamental que se reflejen en incentivos, porque las nuevas tecnologías en cualquier parte comienzan su desarrollo por una política estatal y después se suman los privados. Los incentivos económicos y los fiscales, a lo mejor, en el sentido opuesto: empezar a penalizar a aquellas empresas que contaminan el medio ambiente. Si eso empieza a ocurrir vos podés alcanzar esta inversión de precios mucho antes. O penalizás u obligás a que usen tecnologías de purificación como cualquier otra industria como las curtiembres.
Las empresas que utilizan hidrocarburos o gas natural van a seguir haciendo productos químicos como por ejemplo fertilizantes, resinas poliméricas, fabricación de acero, todo eso acá en Argentina. Se tienen que incluir tecnologías de captura o almacenamiento de carbono, eso implica un costo mayor que no se ve reflejado en el precio.
«YPF, que tiene en asociación para el CONICET la empresa de tecnología Y-TEC, ha formado un consorcio de empresas para trabajar el hidrógeno y eso es muy importante» (Y-TEC)
– ¿Cómo se obtiene el hidrógeno a partir de la biomasa?
– Amadeo: El hidrógeno tiene ventajas en el sector energético porque se lo conoce como vector de energía. El hidrógeno alimentando a una pila de combustible te va a producir energía. Se lo puede obtener a partir de la fermentación de recursos de la biomasa, o sea, de sus residuos como los de la cosecha de maíz, de caña de azúcar, todo lo que se tira se puede usar para obtener bioalcohol (a raíz de él vienen otros procesos y se consigue el hidrógeno), sin necesidad de ir a los alimentos y competir con los alimentos porque también se lo obtiene de la remolacha, por ejemplo.
En el país hay varios laboratorios de investigación que están trabajando en la reacción para a partir del bioalcohol obtener hidrógeno puro y otros estudian la parte de la fermentación. Además, tenemos una planta piloto hace más de 20 años que simula el proceso de obtención del hidrógeno a partir de un bioalcohol, en este caso, del etanol, el alcohol etílico.
Fuente: www.infobae.com