Investigadores del Conicet trabajan para identificar y potenciar los efectos no ópticos positivos de la luz artificial.
Mientras es obvio que la luz permite ver, quienes trabajan en este campo buscan poner de relieve los beneficios “no visuales” que también reporta la luz, tan escasamente difundidos como el hecho de que en la Argentina varios equipos del Conicet se empeñan en investigarlos.
“Al aire libre, los cambios en los niveles de luz y del color de la luz ocurren gradualmente y eso permite que nuestros cuerpos se adapten y se ajusten a esos cambios. Pero, aunque nuestros antepasados pasaban cerca del 90% de su tiempo diurno al aire libre, nosotros pasamos cerca del 90% del tiempo en interiores: nos despertamos en nuestras viviendas con poca luz, nos subimos al medio de transporte y pasamos el día en oficinas o aulas con poca luz”.
Todo eso afecta el estado ánimo de las personas, sumó Andrés Martín, científico del Instituto de Investigación en Luz, Ambiente y Visión (ILAV-Conicet-UNT). Su trabajo, dijo, se basa en tres pilares. Por un lado, en la premisa de que las mejores condiciones de iluminación tienen efecto en la realización de tareas específicas. En segundo lugar, agregó, está el saber sobre los efectos “no visuales” de la iluminación: “Esos conocimientos nos indican que diferentes tipos de luz —más azules o más rojas— afectan, siempre en combinación con otras variables, el estado de ánimo o el estado de alerta. Incluso pueden generar somnolencia o depresión”. En este punto, Pattini remarcó que “la luz y la oscuridad controlan nuestra producción de hormonas, lo que influye en nuestro sueño, estado de alerta, estado ánimo, memoria y rendimiento”.
La tercera pata que describió Martín es “la posibilidad tecnológica de diseñar la instalación de iluminación de modo tal de atender simultáneamente a los dos factores mencionados antes: los efectos visuales y los no visuales de la iluminación”. Al respecto, Pattini observó que “si pudiéramos controlar mejor la iluminación de nuestros edificios, podríamos crear soluciones que respaldarían nuestro bienestar”.
Fuente: Clarín